Somos muchos los que disfrutamos de la afición de montar en bicicleta cada vez que podemos, sin excesos en retos deportivos, sin Turmalets ni maillots de ningún color, sin reivindicaciones naturistas antisistema. Simple y llanamente porque nos gusta pedalear para hacer un poco de ejercicio al aire libre y si puede ser con amigos,mejor.
Una de las rutas que me gusta hacer de vez en cuando es la que se dirige hacia la vecina y cercana ciudad fronteriza portuguesa de Elvas, a pesar de la dureza que puede resultar, según que día, la última subida hasta llegar allí. Y la razón de que sea una de mis preferidas está en la habitual "parada de avituallamiento" que muchos realizamos en el mismo lugar, el Kiosco de la antigua frontera de Caia, donde preparan unas bifanas estupendas. Se llega allí a través de la antigua carretera que se dirigía a Portugal, una vez que se cruza el puente del río Caia y esta ubicado entre las edificaciones ya vacías de la alfandega (frontera) portuguesa, aunque el kiosco sigue en funcionamiento atendiendo a agricultores portugueses de las cercanías, paseantes españoles y ,los fines de semana sobre todo, a muchos ciclistas que paran allí para reponer las fuerzas de una manera u otra. Mi preferencia es hacerlo con una SuperBock bien fría y una bifana bien untada de esa suave salsa de mostaza portuguesa característica con la que la suelen acompañar allí.
Creo que la bifana es una de las delicias que el país irmâo, Portugal, nos puede ofrecer. Hace poco descubrí que hay un bar en el barrio de Valdepasillas (Badajoz), cerca de la Delegación de Tráfico que las ofrece, aunque aún no las he probado allí.
Para los que no la conozcáis os animo a probarla y por mi parte prometo que algún día intentaremos hacer la receta acercándonos todo lo que podamos a la original. Será un reto que estaré encantado de afrontar.
Hala, animarse y daros un paseo a la frontera.
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