Hace unos días encontré en una web una foto muy buena en la que aparecían, pues eso, unos polos. Si, unos polos; esos de toda la vida con el palo de madera a los que ahora se les llama sorbetes y que son hielos con sabores, a diferencia de los helados que son más cremosos. Los que aparecían en la foto tenían un aspecto delicioso y me llamó mucho la atención no sólo su color sino también su forma. Eran como unas piruletas gigantes con su palo de madera y de un color entre "pantera rosa" y "frigodedo" que hacían salivar cada vez que las miraba. Me dije: "yo tengo que intentarlo". Así que empecé a darle vueltas al asunto y tras no pocas mangas de campeonato hoy os presento el resultado obtenido que, modestia aparte, considero bueno aunque reconozco que laborioso. Pero, qué demonios, es genial para pasar una de esas mañanas veraniegas con los críos aburridos para que te ayuden en la cocina a prepararlos. Es una mezcla entre receta y trabajos manuales con un fresquísimo resultado final para comérselo, nunca mejor dicho. Ya veréis.
Ingredientes
450 gr. de Sandía
1 Yogur cremoso
Algún edulcorante al gusto
(Azúcar, Miel, Sirope,Jarabe de Arce)
Elaboración
Quitamos la piel al trozo de sandía y trituramos la pulpa con la batidora. Ahora hay en el mercado unas sandías que no tienen pepitas o semillas. Estas son las ideales. De lo contrario nos va a tocar ir quitando con cuidado todas las semillas antes de triturar y se hace algo pesado, aunque no imposible, os lo aseguro.
Foto:JMP2012 |
Foto:JMP2012 |
Una vez triturados los trozos de sandía los pasamos por un colador, aplastando con un cacillo pequeño o con una cuchara para separar bien la pulpa sobrante y cualquier trocito de alguna semilla que se nos haya despistado (ainnssss) y nos quedamos sólo con el liquido obtenido. Mezclamos bien con el yogur y el ingrediente que hayamos elegido para endulzar, éste último en la medida que nos guste. Os recomiendo que no os quedéis cortos de dulce. Esta mezcla serán nuestros polos una vez congelados.
Hasta aquí todo era fácil. Consistía en una mezcla de ingredientes y punto.
Ahora vamos con los trabajos manuales, que lo mejor es tener preparados previamente.
El problema venía a la hora de obtener esa forma de piruletón grande con su palo de madera. Había que inventar un molde que sirviera para ello y este fué el que se me ocurrió. Y como iba a ser de un sólo uso debía ser lo más barato posible. Compré en un bazar oriental (en un chino, vamos) los vasos de plástico grandes que se usan en el botellón, las típicas "macetas". El tamaño de su base era el ideal para moldear esa forma. Los corté a una altura de unos tres cm. más o menos y conseguí unos vasitos como los de las heladerías. En estos moldes viertes la mezcla hasta la medida en que quieras que sean de gruesas las piruletas y los metes en el congelador. No las hagas muy finas para que puedan soportar introducir el palo sin romperse (mínimo 1,5 cm. más o menos).
Foto:JMP2012 |
Llegado ese momento, cogemos los vasitos con cuidado para no deshacer el contenido y en un lateral a la mitad de la altura le hacemos un corte con un cuchillo afilado o con un cúter (cuidadín con los dedos) e introducimos el palo con cuidado hasta la mitad. Ah, por cierto, los palos de madera se pueden encontrar en algunas papelerías especializadas. Yo los encontré en Artifes, así os facilito la búsqueda.
Volvemos a meter en el congelador para que se congelen totalmente.
Para desmoldarlos hacemos un corte al molde de plástico hasta el palo y rompemos el plástico por ahí para poder sacarlos de una pieza. (De aquí lo de un solo uso de los vasos). Lo pasamos un poco bajo el agua del grifo y se desmoldan enseguida.
Foto:JMP2012 |
Ya están listos. Qué ricos!!
Hala, a comérselos. Feliz Verano a todos!
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